Desde que comenzamos a leer, los beneficios de la lectura son incalculables.

 

 

Sea por el motivo que sea, crear hábitos de lectura continuados trae consigo una multitud de aspectos positivos que van cambiando según nos vamos desarrollando. 

Las necesidades de un niño cambian cuando se convierte en un adolescente y, como es obvio, se hacen diferentes cuando llega la vida adulta y, de una manera u otra, se puede decir que con la lectura ocurre lo mismo. Ni buscamos lo mismo, ni adquirimos las mismas destrezas cuando tenemos 5 años que cuando leemos con 50.

 

 

 

 

En España, según el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros del 2023,  la juventud sigue siendo el sector de la población que más lee en su tiempo libre. De esta manera, el índice de lectores comprendidos entre los 14 y los 24 años alcanza el 74 %. Este porcentaje es del 65,8 % para el tramo de 25 a 65 años y del 53,7 % para el grupo de más de 65 años. 

 

Y es que… ¿estos datos nos quieren decir que según vamos creciendo leemos cada vez menos? Pues sí, los datos nos certifican que, conforme pasa el tiempo, la población encuentra otros hobbies que van más allá de la lectura y eso nos hace latente que se nos olvida el porqué de leer.

 

¿Por qué es importante leer?

 

En la infancia, los beneficios de la lectura son numerosos. Más allá de una base común en torno a este tema que es, sin duda, la adquisición de conocimientos, esta rutina hace que en edades tempranas la imaginación y la curiosidad crezcan a grandes niveles. 

Además, de activar y ejercitar el cerebro, la lectura en esta etapa de la vida ofrece a los más pequeños de la casa una manera muy buena de entretenimiento, una manera de trabajar la comprensión y una gran actividad de aumento de ciertas habilidades sociales como la comunicación.

 

 

 

 

Según vamos avanzando y creciendo, el leer nos sigue ofreciendo grandes aspectos positivos. La lectura, sin duda, nos ayuda a mantenernos informados investigando sobre aquellos temas que más nos interesan. 

Por otro lado, hace que nos volvamos mucho más empáticos ya que, leyendo conocemos a diversos personajes y ese hecho hace que nos pongamos en la piel de otras personas. 

 

No hace falta decir que esta acción nos ayuda a concentrarnos y, de ese modo, relajarnos y descansar reduciendo el estrés que conlleva las obligaciones diarias.

La llegada de la vida de adulta es complicada y los tiempos se reducen por eso es muy importante seguir buscando esos ratitos que nos unen a las páginas de un libro porque, como dicen muchos estudios, según vamos envejeciendo la lectura nos sigue ofreciendo aún más. El aumento de la memoria, la mejor capacidad para recordar, una forma de mantenerse entretenido…

 

Y es que, pase lo que pase, como humanos que somos, vamos evolucionando y la lectura nos hace crecer como personas por lo que, siempre, tiene que ser nuestra fiel compañera de aventuras porque, como ya decía Emily Dickinson …

“Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro”