La relevancia de las rutinas en la Educación Infantil posee una cota muy alta dentro del desarrollo individual del alumno.

 

 

Cuando se habla de rutinas se hace referencia a una serie de actividades que se realizan, de una manera regular,  a diario. Estas acciones “repetitivas” buscan fijar unas pautas que organicen, de alguna manera, el aprendizaje de los más pequeños. Son, en general, parte de una estructuración que fomenta el marco de actuación de los niños ya que, desde el inicio de su etapa educativa, las rutinas son uno de los hitos en la etapa de Infantil.

 

La adquisición de una plena autonomía que ayude al párvulo a descubrir su entorno de una manera libre, objetivo general de esta primera educación, gracias al trabajo de rutinas se consigue de una más eficaz manera.

Además, son estas propias actividades las que marcan el contexto en el que los niños actúan y les ayudan a ser previsores en los acontecimientos que van a dar lugar en su día a día. Es por todo esto por lo que, en parte, los alumnos adquieren seguridad y superan sus miedos.

 

 

Por decirlo de alguna manera, estas costumbres  en los niños de Educación Infantil se hacen básicas formando parte, así, de su vida cotidiana. Es por ejemplo, el acostumbrarse a lavarse las manos antes de comer, colgar el abrigo en las perchas o dar los buenos días de manera natural.

Todo esto busca, lo anteriormente citado, la libertad del niño en ciertas acciones diarias y conseguir, con su repetición, ser autónomos.

 

 

 

 

Gracias al beneficio, que suponen las rutinas, en los tempranos aprendizajes es lo que las hacen necesarias en la etapa de infantil.